Una creación de Marianela León y Amir Bolzman
En teatro Pradillo, Madrid, 26 y 27 de Febrero de 2021
Danza: Marianela León
Música: Amir Bolzman
Manipulación instantánea del sonido: Cecilia de Leyva
Luces: Cora y María Otero
Escenografía: Luna Miranda González Montoro
Vestuario: Montserrat Muñoz
Con el apoyo de Mifal HaPais Council for the Culture and Arts y Mamuta Art and Media Center
Algo hay que perder es una pieza de danza y música donde cuerpo, sonido, escucha y sensibilidad habitan en interacción recíproca un paisaje-universo en resonancia con la obra pictórica de Amelia Moreno.
Se trata de un proceso en gran parte improvisatorio donde la escucha-acción de cuerpo, sonido y espacio-luz que lleva de la forma a la contemplación y de la contemplación a la forma.
Y que dicha expansión-contracción del espacio-tiempo alcance al espectador sumiéndolo en una contemplación sin fin para entre todos dar a luz , dar a ver. ¿El qué? Lo que hay, lo que haya, lo que hallen, lo que ha…
«La grandeza del verdadero arte, al que monsieur de Norpois calificaría de juego de diletante, era recuperar, captar de nuevo, hacernos conocer esa realidad lejos de la cual vivimos, de la que nos vamos separando a medida que adquiere espesor e impermeabilidad el conocimiento convencional con que la sustituimos, esa realidad que correríamos gran riesgo de morir sin haber conocido, y que es sencillamente nuestra vida.» Marcel Proust
Se trata de un proceso en gran parte improvisatorio donde la escucha-acción de cuerpo, sonido y espacio-luz que lleva de la forma a la contemplación y de la contemplación a la forma.
Y que dicha expansión-contracción del espacio-tiempo alcance al espectador sumiéndolo en una contemplación sin fin para entre todos dar a luz , dar a ver. ¿El qué? Lo que hay, lo que haya, lo que hallen, lo que ha…
«La grandeza del verdadero arte, al que monsieur de Norpois calificaría de juego de diletante, era recuperar, captar de nuevo, hacernos conocer esa realidad lejos de la cual vivimos, de la que nos vamos separando a medida que adquiere espesor e impermeabilidad el conocimiento convencional con que la sustituimos, esa realidad que correríamos gran riesgo de morir sin haber conocido, y que es sencillamente nuestra vida.» Marcel Proust